“Desde el 29 de septiembre, hace ya más de cuatro meses, Victoriano Herrnández se instala cada mañana, de nueve a dos, frente a la oficina municipal de Caleta de Sebo. “Me siento y la gente habla conmigo”, dice. La mayoría de los vecinos le dan ánimos. Victoriano dejará de ir cuando pueda dedicarse a terminar su propia casa, que la estaba fabricando él mismo.
Eso significaría que le habrían concedido la licencia, como culminación de un proceso que comenzó hace ocho años. Se divorció y, en 2012, solicitó la división horizontal para transformar una vivienda en dos. La casa, en realidad, casi está construida. Lo estaba ya, pero sin esa división.”
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