Comienzan a ejecutarse los trabajos de'un proyecto muy
ilusionante por lo que significa recuperar estas salinas, las más antiguas de
Canarias' apuntó el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés.
Los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de
Lanzarote comenzaron ayer con la primera fase del proyecto de restauración de
las históricas Salinas del Río, también conocidas como de Gusa, con el traslado
de los equipos y maquinaria que se encargará de ejecutar los trabajos. El
presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, el consejero de los
Centros, Echedey Eugenio, y el consejero delegado de la Entidad, José Juan
Lorenzo, se trasladaron hasta el lugar para supervisar la actividad de una
jornada en la que, tal y como explicó el presidente, “damos inicio a un
proyecto muy ilusionante por lo que significa recuperar estas salinas, las más
antiguas de Canarias, para Lanzarote y los lanzaroteños, y para el conjunto del
archipiélago”. San Ginés explicó que “el Cabildo ha resuelto muchos de
los problemas históricos que afectaban a los ciudadanos de la isla, llámese
tratamiento de los residuos en Zonzamas o llámese ciclo integral del agua”
y que, con la recuperación de las Salinas del Río, “resolvemos un problema
histórico tras más de 100 años sin intervención en estas salinas”. El
presidente apuntó que “esta primera fase, con la reparación de los muros de
defensa que el mar se ha llevado, evitaremos que se vuelvan a inundar y así
puedan recuperar el característico color rojo que le daban la Artemia salina y
otros extremófilos”, y adelantó que habrá “más fases para recuperar las
salinas más antiguas de Canarias, con más de 500 años de historia”.
Por su parte, Echedey Eugenio, explicó que el proyecto
“se alinea con nuestra estrategia de recuperar espacios que cuentan con una
importante carga de valor histórico, patrimonial y etnográfico”. El
consejero adelantó, además, “que se abren escenarios muy amplios para
la recuperación paisajística del entorno cercano al Mirador del Río y la
regeneración ambiental de esta zona”.
El proyecto de restauración de Las Salinas del Río,
que cuenta con todos los permisos de Costas, Patrimonio, Medio Ambiente y el
Ayuntamiento de Haría, ha sido elaborado por Alberto Luengo, arquitecto experto
en la materia, que ya ha realizado trabajos semejantes en salinas emblemáticas
del archipiélago como las del Carmen, en Fuerteventura, o las de Fuencaliente,
en La Palma.
La primera fase del proyecto de recuperación de las
Salinas del Río se centra en reconstruir alrededor de 200 metros lineales del
Fuerte de Defensa, un elemento vital para su funcionamiento puesto que impedía
la intrusión marina, los dos tomaderos, el caño principal de agua y los muretes
que separan los dos cocederos. El Fuerte de Defensa inició su declive hacia
1980 y ya en el año 2002 estaba prácticamente desaparecido, hecho que facilitó
la degradación del conjunto salinero a causa de los temporales del mar de la
zona.
Esta primera fase cuenta con un presupuesto de algo
más de 100.000 euros procedentes del Fondo de Desarrollo de Canarias. Se estima
que los trabajos estén finalizados en un plazo no superior a los cuatro meses.
En fases posteriores, se ejecutará, de forma gradual,
la restauración del resto de elementos construidos de las salinas como murados,
resto de caños y tajos.
Breve historia de Las Salinas del Río
Con una superficie total de unos 106.165 m², las
Salinas del Río, o de Gusa, situadas al pie del Macizo de Famara, son las más
antiguas de Canarias, iniciándose su construcción hacia el año 1500 por el
primer Señor de Lanzarote, Sancho de Herrera. Su origen deviene de la
existencia de una laguna salada que se interviene para aprovechar sus fondos
naturales de barro, y al hecho de que se llenaban de forma natural por la
intrusión marina.
Fueron las únicas del archipiélago hasta que en torno
a 1760 empezaron a desarrollarse las salinas de Gran Canaria vinculadas a la
pesca de berbería.
La primera estimación sobre la producción de sal en el
archipiélago (José de Iriarte, 1780) establece que las del Río representaban el
20% de las 14.100 fanegas que se producían en las islas.
La primera inscripción de las Salinas del Río en el
Registro de la Propiedad data de 1871.
A finales del siglo XIX, con el auge de las pesquerías
del banco canario–sahariano, las salinas adquieren su actual dimensión.
Se estima que la producción de las Salinas del
Río podría haber alcanzado las 1.300 toneladas al año,
si bien el único dato del que se tiene constancia es de 1.000 toneladas al año.
En la década de los años 30 del pasado siglo comienza
el declive de las Salinas del Río con el establecimiento de nuevas salinas en
Lanzarote más accesibles y mejor comunicadas.
Con la aparición del frío, y hacia 1970, empiezan a
desaparecer todas las salinas de Lanzarote. Las del Río, con sus más de cinco
siglos de historia, se paralizaron definitivamente cuando los pescadores de La
Graciosa abandonaron la práctica de recolectar la sal espontánea de la tajería
para la salazón de la sardina.
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