jueves, 17 de abril de 2014

ISLA GRACIOSA




La Graciosa es probablemente uno de los pocos lugares de Europa donde todavía no hay carreteras asfaltadas. Es la más desconocida y la que derrocha más serenidad de las Islas Canarias.


Aunque el origen del nombre es desconocido, quizás se deba a los fascinantes colores de sus playas y montañas volcánicas y a como cambian desde que amanece hasta que desaparece la luz, pintando un paisaje diferente, que evoluciona desde distintos matices de rojo, amarillo a toda la gama de marrones y ocres. Para quien busca un lugar diferente esta encantadora Isla está hecha a pedir de boca.

La Graciosa es una isla llana, donde destacan cuatro conjuntos volcánicos bien diferenciados, siendo el complejo de Las Agujas, con sus 266 metros de altitud, la máxima cota.


CALETA DE SEBO: Un conjunto de casas blancas y calles de arena es la estampa que ofrece la capital de la Isla más oriental del Archipiélago Canario. La Graciosa está situada cerca de uno de los bancos de pesca más ricos del mundo, y ésta es la a principal fuente de ingresos de sus habitantes. De hecho ese fue el motivo por el que se fundó Caleta de Sebo a mediados del siglo XIX.


PEDRO BARBA: Es el segundo asentamiento humano que colonizó La Isla de La Graciosa hoy transformando en un exclusivo y privilegiado núcleo vacacional. Los fundadores de Pedro Barba llegaron en una segunda oleada de familias, que decidieron seguir el ejemplo de los habitantes de Caleta del Sebo.

Desde los años treinta hasta los sesenta del siglo XX, esta pequeña aldea de casas bajas, de muros gruesos, de luz exuberante y de mar generoso se transformó en un lugar paraíso hacia donde se dirigió la emigración lanzaroteña.

Excursiones Marítimas:
Desde la Isla de La Graciosa se pueden hacer excursiones a los Islotes que pertenecen a la Reserva Marina y admirar un paisaje bellísimo que aún permanece intacto. Estas excursiones suelen detenerse en alguna de las fabulosas playas donde podemos maravillarnos con los fondos submarinos, deslizarnos por divertidos toboganes o pasear en una banana gigante.

En las excursiones suelen estar incluido el almuerzo, que bien puede ser una energética y suculenta paella acompañada de una refrescante sangría o algún plato típico de la Isla. Sin duda estas excursiones nos ofrecerán la posibilidad de ver otras panorámicas de los Islotes menos accesibles que son absolutamente sorprendentes.

La Graciosa en bicicleta:
 
Otra magnífica alternativa de conocer La Graciosa y sus exóticos paisajes, es subirse a una bicicleta. Existen senderos que nos conducirán a los rincones más especiales de esta geografía exigua, senderos que debemos seguir sin desviarnos de su trazado para evitar erosionar o deteriorar el terreno.

Aunque junto con nuestro equipaje podemos embargar nuestra bicicleta, existen en Caleta de Sebo donde se pueden alquilar una, además de ayudarnos si sufrimos algún pinchazo o avería. Naturalmente que la aspereza del suelo exige que la bici esté pertrechada para circular por terrenos hostiles, ya que no existen pistas que suaviazarán nuestro recorrido

Fuente: http://elmundoteespera.wordpress.com/2014/04/16/isla-graciosa/

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