miércoles, 15 de abril de 2009

Que pasa en la Cofradía de la Isla de La Graciosa

En la Cofradía de La Isla de la Graciosa pasa de todo, en primer lugar, el señor Marcos Páez puso a una persona de su confianza para que llevara todas sus finanzas; es decir; meter en el Censo Electoral a toda su gente.

¿A quien puso? Directamente abrió la pescadería un día 16 de julio; el día de la patrona de los marineros o mejor dicho el día de los pescadores, es decir; de las personas que directamente viven de la pesca y no de las personas que quieren vivir de la pesca.

Que el señor Marcos Páez ha tenido un teléfono pagado por todos; ¡SI! Es verdad, pero no es de ahora si no hace mucho meses ya.
Que la pesca está hundida en la Isla de La Graciosa, es cierta como la vida misma; a los hechos; a la vida real me remito. Que a mí en primera persona me han llamado mala persona, o como alguna persona mal intencionada me dijo que yo era un “pocas luces” las luces de tu sombra, por no decir que eres un hijo de p…, estás hermosas palabras entre otras son algunas de las que me dijerón en algunos foros; por que no eres hombre para decir las cosas a la cara. Que insinuaste una vez humillando o insultando a mi padre que te conteste y fui valiente y te puse mí DNI, para que tu hicieras lo que creyeras conveniente y no lo hiciste, te comportaste como un cobarde, como siempre lo has sido.

Quizás mí comentario para ti no se ha aceptado, dentro de está regla del juego que quieres jugar; pero tan culpable es un dictador como el que ha seguido sus tesis.

Y me explico: A mí, de todo me han llamado; me han insultado, me han injuriado, me han escupido, “como decimos aquí vulgarmente” por no decir me han llamado de todo.
Quizás, como puse en un principio en tú pagina mí opinión no saldrá, pero en mi blog saldrá mi comentario: http://laopiniondelaislagraciosa.blogspot.com/
Algunas personas quieren cuartar la opinión de las personas; lo intentaran por todos los medios; dirán o difamarán; “hay llega la capitana”; “con su gorro” pero que malévolos somos algunos, ¡si! El que escribe soy yo y mi nombre es Manuel Victoriano Hernández Curbelo. Con mis defectos, pero siempre con la cabeza bien alta.


La opinión no es libre aunque algunos las quieran cuartar.

Hay un refrán, o un proverbio: "Más vale bueno conocido, que quién mucha demagogía quiera practicar".

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